En 2015, los estados miembro de las Naciones Unidas acordaron 17 objetivos de desarrollo sostenible que juntos allanan el camino hacia un mundo más justo, inclusivo y sostenible. El objetivo mundial número 5 se dedica a la igualdad de género y al empoderamiento de las mujeres y las niñas. Conseguir este objetivo exige esfuerzos concentrados para derribar las barreras a la igualdad de género, incluida la violencia contra las mujeres, la representación insuficiente de las mujeres en las posiciones de liderazgo, los obstáculos al acceso de la salud sexual y reproductiva, y la mitigación de la carga del trabajo no remunerado y doméstico. Ha habido progresos en las últimas décadas pero los resultados han sido desiguales y fragmentados de tal forma que en ninguna parte del mundo hombres y mujeres tienen acceso real a los mismos derechos y oportunidades.
Los datos que ofrecen las estadísticas oficiales son abrumadores. Por ejemplo, a pesar del creciente número de mujeres que cursan estudios superiores se estima que al ritmo actual la brecha salarial tardará 257 años o 10 generaciones en desaparecer[1]. Las mujeres ganan entre el 16 y el 35 por ciento menos que los hombres por desempeñar el mismo trabajo[2]; las mujeres dedican en torno a 2,5 veces más tiempo que los hombres a tareas domésticas; el 1,5% de los hombres desempeña cuidados a otras personas no remunerados frente al 22% de mujeres; solo el 50% de las mujeres trabaja frente al 75% de hombres, el desempleo entre las madres es mayor que entre las mujeres sin hijos, patrón que no se repite en el caso de los hombres[3],… etcétera, etcétera, etcétera.
La desigualdad de género es real. Negarla, como negar el cambio climático, la eficacia de las vacunas o la redondez de la tierra es negacionismo. Es decir, es rechazar una evidencia simplemente porque se percibe desagradable o crea malestar. Debido a la COVID-19 y de la misma forma que está ocurriendo con el resto de ejemplos, el negacionismo de género se ha expandido como un virus peligroso que amenaza con revertir los tímidos avances conseguidos en materia de igualdad en las últimas décadas.
El negacionismo de género se ha expandido como un virus peligroso que amenaza con revertir los tímidos avances conseguidos en materia de igualdad en las últimas décadas
Los perjuicios que causa el brote de negacionismo de género a las mujeres y niñas en todo el mundo, incluido nuestro país, exacerban las desigualdades ya existentes en materia de salud, economía, seguridad y protección social. Pero desafortunadamente, el daño que causa la desigualdad a mujeres y niñas en todo el mundo no es suficiente para erradicar sus causas así que vamos a centrarnos en el deterioro y la pérdida de oportunidades en el mundo que conlleva la pandemia de negacionismo de género.
La igualdad de género es uno de los mayores desafíos de la Historia pero al mismo tiempo es una de las mayores soluciones a los males que asolan el mundo. Cuando se empodera y se incluye a las mujeres las economías crecen, las comunidades se desarrollan y las empresas prosperan. Se calcula que la participación paritaria en la economía añadirá 12 trillones de dólares al PIB mundial para 2025[4].
La igualdad de género es uno de los mayores desafíos de la Historia pero al mismo tiempo es una de las mayores soluciones a los males que asolan el mundo
La igualdad no solo es un requisito sino un catalizador de otros objetivos como la educación de calidad, el trabajo decente y la lucha contra el cambio climático, entre otros. Pero para comprender el papel vital de la igualdad real hay que tener ganas de entender, capacidad de analizar y contextualizar los datos, dejando a un lado prejuicios y falsas creencias.
Por ejemplo: la falta de apoyo e inversiones en la promoción de la presencia de mujeres en carreras STEM (ciencia, tecnología y matemáticas) hace que estemos sub representadas en los órganos de decisión sobre medidas contra el cambio climático. Tradicionalmente, las mujeres han adoptado decisiones frente a situaciones de crisis en la gestión del hogar, del campo y de sus negocios por lo que no se las puede dejar fuera a la hora de diseñar soluciones climáticas.
No solo es obligado sino además estratégico apostar por la aplicación de políticas públicas de promoción de la igualdad real
Hay una brecha de género significativa en inversiones en I+D en la salud de las mujeres, en su participación en ensayos clínicos y en el seguimiento de la evolución de sus enfermedades que, además, suelen ser erróneamente diagnosticadas en mayor proporción que los hombres. Además, en salud sexual y reproductiva la inversión y la innovación se centran casi exclusivamente en soluciones cuya responsabilidad y riesgos recaen sobre la mujer.
Sobran las razones para entender que desde el Estado, desde cualquier administración pública competente, no solo es obligado sino además estratégico apostar por la aplicación de políticas de promoción de la igualdad real. Crear un entorno propicio para que las mujeres tengan acceso a todas las oportunidades en igualdad de condiciones que los hombres y eviten reproducir (o empeorar) las causas de la desigualdad existente.

Pero hablemos de dinero que es lo que realmente mueve el mundo. Los estudios demuestran que las organizaciones diversas e inclusivas rinden mejor financieramente, son más creativas e innovadoras, atraen y retienen el mejor talento, entienden mejor las expectativas de los clientes y son más capaces de reducir costes[5]. Además, aumentan las investigaciones que concluyen que la diversidad de género conduce a un mejor desempeño ambiental, social y de gobernanza en la actividad empresarial[6]. Por ejemplo, un meta análisis de IFC demuestra que el liderazgo femenino conduce a la reducción de las emisiones de CO2 y a la reducción de la conflictividad laboral y de las prácticas fraudulentas. [7]
A pesar de la enorme incidencia de la igualdad en la economía, el medioambiente, la educación, la sanidad o la ciencia, la existencia de un Ministerio de Igualdad con competencias para la aplicación de leyes específicas y un presupuesto para ejecutarlas ha sido fuertemente cuestionada. El primero, en 2008 con Bibiana Aído al frente, apenas soportó dos años de burlas y exabruptos. El segundo, de 2020 con Irene Montero, se ha convertido en la diana sobre la que a diario se lanzan dardos envenenados en forma de bulos y exageraciones[8]. Volvemos al negacionismo, faltar a la verdad simplemente porque se percibe desagradable o crea malestar.
De los 525 millones de euros de presupuesto de este Ministerio en 2022, 209 millones están destinados a la lucha contra la violencia de género. El terrorismo machista, desgraciadamente el terrorismo más mortífero de la historia de este país, se ha cobrado la vida de 19 mujeres en lo que va de año (1.149 desde que hay registros, desde 2005), es más que posible que cuando leas este post esta cifra haya crecido. Jamás ninguna fuerza política puso en duda la necesidad de destinar cuantos recursos fueran necesarios para combatir el terrorismo ni, por supuesto, la existencia de un Ministerio de Interior al servicio de la paz y la seguridad de las víctimas y sus familias.
A las Políticas de Igualdad de Oportunidades se destinarán 225 millones en 2022. La necesidad de la promoción del deporte y la cultura, con ministerios y presupuestos propios –dicho sea de paso con todo el respeto, incluido el fomento de espectáculos y prácticas deportivas en retroceso desde hace años, como la tauromaquia[9] o la cinegética[10]– tampoco se ha puesto en duda.

El Estado se vale de la sociedad civil organizada en el tercer sector para la aplicación de sus políticas. Hay 30.000 asociaciones y 2 millones de personas desempeñando labores diversas sin ánimo de lucro que se financian de las administraciones públicas, desde consumidores hasta antiguo alumnado, unos 6.500 millones de euros que aportan el 62% del total de los recursos del sector.
Pero el negacionismo de género pretende estigmatizar la labor de aquellas asociaciones con las que no comulga, lo cual no es de extrañar porque el negacionismo es capaz de cuestionar hasta la autoridad de la Organización Mundial de la Salud para hablar de salud. Es tan deprimente oír y leer cómo se injuria la labor de las asociaciones que luchan por la igualdad efectiva de derechos y oportunidades de hombres y mujeres.
El negacionismo de género pretende estigmatizar la labor de las asociaciones con las que no comulga, lo cual no es de extrañar porque el negacionismo es capaz de cuestionar hasta la autoridad de la Organización Mundial de la Salud para hablar de salud
Durante décadas, las asociaciones feministas han tejido redes de mujeres aisladas de una realidad compartida. Gracias a la labor de estas organizaciones, las mujeres han aprendido a reivindicarse, a defender sus intereses, a no dejarse caer y a darse impulso.
Permitir que se recorten presupuestos para las asociaciones de mujeres es asistir impasibles al ahogamiento de la voz de las mujeres
Permitir que se recorten presupuestos para la ejecución de políticas de igualdad a través de las asociaciones de mujeres es asistir impasibles al ahogamiento de la voz de las comunicadoras, agricultoras, ganaderas, empresarias, maestras, emprendedoras, inmigrantes, inventoras, políticas, innovadoras, desempleadas, estudiantes, deportistas, amas de casas, artistas… Pierden ellas. Pero este país en su conjunto pierde más, como siempre.
NOTA: este artículo está inspirado en el espíritu de lucha por la igualdad que emana de los 10 Principios del Pacto Mundial de la ONU
[1] Último estudio anual de igualdad del Foro Económico Mundial (FEM)
[2] Datos sobre brecha salarial de Eurostat
[3] Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo INE
[4] McKinsey Global Institute (2015). El Poder de la paridad: Cómo avanzar en la igualdad de género puede añadir 12 trillones de dólares al crecimiento mundial. El informe se puede descargar aquí: http://www.mckinsey.com/global-themes/employment-and-growth/how-advancing-womens-equality-can-add-12-trillion-to-global-growth
[5] Los resultados de los negocios mejoran un 1,5% de media en las empresas donde hay más de un 30% de mujeres (ILO 2019)
[6] El acoso sexual en el trabajo redunda en más bajas, menos productividad, más rotación de la plantilla (Deloitte 2019) y Las empresas con diversidad de género tienen un 15% más de probabilidad de obtener retorno financiero en la industria (McKinsey 2015)
[7] Women in business leadership IFC (Corporación Financiera Internacional)
[8] https://maldita.es/malditobulo/20220317/charlas-feministas-presupuesto-20000-millones-igualdad/ ó https://www.newtral.es/20-000-millones-igualdad/20220315/
[9] Estadística de asuntos taurinos. Ministerio de Cultura y Deporte
[10] Estadística Anual de Caza. MITECO
Acerca de la autora

Esther Ontiveros Olmedo
Periodista especializada en comunicación y responsabilidad social corporativa.
Comentarios recientes