Desde Comunicadoras Granada apoyamos el manifiesto ‘Abrid las puertas a Afganistán y las afganas’ y nos comprometemos a participar en el objetivo de mantener en la agenda pública la defensa de los derechos de las personas afganas, y en especial, de sus mujeres y niñas.

Las noticias del avance de las tropas de los talibanes, después de que Estados Unidos anunciara su retirada de Afganistán, produjeron en nuestra asociación, Comunicadoras Granada, una gran inquietud. La preocupación por el futuro de las mujeres y niñas de ese país ha ido creciendo conforme se han desarrollado los acontecimientos.

La preocupación ha sido y es colectiva, hemos recibido muchos mensajes de mujeres de Granada preguntando «¿qué podemos hacer por las mujeres afganas? Estamos preocupadas, estamos horrorizadas».

Tenemos sobrados motivos para defender los derechos de la mujer en Afganistán

Entre 1996 y 2001 los talibanes en el Gobierno impusieron una visión ultraortodoxa de la ley islámica que impedía a las mujeres estudiar o trabajar, salir de casa si no era acompañadas de un miembro masculino de su familia y les obligaba a llevar el burka (velo integral) en público. Se les prohibía muchas cosas, entre ellas una que nos parece muy significativa: reír. 

Las flagelaciones y ejecuciones fueron prácticas habituales, incluso la lapidación por adulterio. Hay documentación que demuestra la represión contra la mujer en esa época, represión que afectó a la educación, el empleo, la movilidad, la salud y en general a todas las facetas de la vida; les obligó al encierro forzado; y sometió a torturas y castigos físicos y psicológicos. Entonces la situación fue terrible y violenta; no sólo para las mujeres, también se registraron torturas y asesinatos de personas homosexuales.  

Ahora, después de 20 años libres del gobierno radical, una nueva generación de afganas, mujeres y personas no quiere ni recordar lo que es vivir sometidas a los talibanes; están llenas de energía, esperanza y sueños que se ven completamente frustrados.

Concentración reivindicativa de mujeres afganas en Kabul, 2021

Suscribimos el manifiesto ‘Abrid las puertas a Afganistán y las afganas’

Cuando recibimos el manifiesto de las periodistas españolas por las mujeres afganas lo suscribimos con pleno convencimiento de que era lo mínimo que podíamos hacer desde aquí. El manifiesto pide la apertura de fronteras para que todas las personas que deseen abandonar Afganistán huyendo de un poder fanático impuesto por la fuerza de las armas puedan hacerlo en unas mínimas condiciones de seguridad. 

Se menciona en especial a las mujeres en situación de riesgo, bien por haber desempeñado tareas profesionales prohibidas por los talibanes, asistido a escuelas y universidades, o vivir su vida al margen de una moral fanática o cualesquiera otros motivos. 

Exige un compromiso por parte de la comunidad internacional de acoger a los refugiados y refugiadas de Afganistán, para aliviar la presión que un éxodo masivo puede suponer sobre los países limítrofes.

Es un llamamiento a la comunidad internacional con una estrategia muy definida: mantener en la agenda pública la defensa de los derechos de las personas afganas, y en especial de sus mujeres y niñas. Y comienza con él un trabajo a largo plazo, por todos los frentes para que Afganistán no caiga en el olvido. 

El 22 de agosto, ya registraba 120.000 firmas y el 24 de agosto se hizo entrega del manifiesto y sus apoyos al Parlamento Europeo y representantes de ACNUR, la agencia de la ONU para los y las refugiadas. 

La iniciativa ha sido promovida por las periodistas Rosa Montero, Fátima Anllo y Soledad Gallego-Díaz y la presidenta de la agencia Efe, Gabriela Cañas; que dieron una rueda de prensa el 24 de agosto para explicar los detalles en La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE). Nos explicaron que han puesto a disposición pública el manifiesto en una página web donde se ha recogido toda la información y que van a utilizar para trabajar y lanzar otras posibilidades de apoyo al pueblo afgano: abrirafganistan.com

Los tres derechos principales que exigen, el mínimo para comenzar a trabajar, son:

  • Reconocimiento para las mujeres de una educación normalizada
  • Derecho a la Sanidad 
  • Derecho de la mujer a trabajar

El manifiesto ha contado con la colaboración de Clásicas y Modernas, asociación para la igualdad de género en la cultura y la asociación ACM Contamos el Mundo; y ha recibido apoyos de miles de personas entre las que se encuentran personalidades de todo el mundo: la escritora chilena Isabel Allende, la argentina Claudia Piñeiro, la eurodiputada austriaca Evelyn Regner, dos escritoras internacionales galardonadas con el Premio Princesa de Asturias: la escritora brasileña Nélida Piñón y la norteamericana Siri Hustvedt.

Lo han suscrito escritoras españolas como Almudena Grandes, Rosa Montero y Elvira Lindo, directoras de medios: Gabriela Cañas (presidenta de la Agencia EFE); Pepa Bueno, la nueva directora de El País; la directora de Diario Público, Virginia Pérez; las periodistas Maruja Torres, Rosa María Calaf, Àngels Barceló, Mercedes Milá y Soledad Gallego-Díaz. Del ámbito de la cultura cuenta con las firmas de la cantante Ana Belén, las actrices Anabel Alonso, Maribel Verdú, Verónica Forqué, Aitana Sánchez Gijón, Pastora Vega, Belén Rueda, Juana Acosta; Ana Fernández. También las científicas han firmado, como la matemática Clara Grima.

Es necesario que la comunidad internacional apoye y defienda la libertad y seguridad de las mujeres y niñas afganas. Las fronteras afganas y nuestras fronteras deben estar abiertas para que transiten aquellas que lo necesiten; se debe acoger y atender a las mujeres y menores afganos en situación de riesgo. Estos son los mínimos requeridos y estamos extremadamente orgullosas de que ya sean miles de personas las que apoyan este documento que, como decimos, debe ser sólo el primer paso de esta situación tan terrible en Afganistán.

¿Qué podemos hacer por las mujeres y niñas afganas?

Desde Comunicadoras Granada seguimos investigando nuevas formas de colaboración; la situación de la mujer no es óptima en ninguna parte de nuestro planeta. En nuestro país sin ir más lejos, afrontamos una ola de crímenes machistas contra mujeres y menores. Esto nos ha enseñado la importancia del apoyo mutuo y de buscar y encontrar colaboración, no hay otro modo; los gobiernos no se mueven un ápice sin la presión colectiva, y aún con ella se hace poco; como en la última reunión del G-20: la primera cumbre temática del Grupo de los 20 países más poderosos del mundo dedicada a la igualdad de género y al empoderamiento femenino que ha pasado de puntillas por la situación de las mujeres y niñas afganas.

De momento, hallamos varias vías, una es la colaboración a través de la visibilización, del trabajo de las mujeres afganas en la defensa de sus derechos: de lo que se publique sobre la situación que están afrontando, de referentes que pueden explicar al mundo la gravedad de la situación y la necesidad de emprender medidas al respecto; compartir títulos de libros que nos ayuden a explicar y comprender sus necesidades; imagino que cada vez se nos ocurrirán más cosas.  De momento ya resuenan muchos nombres y obras de mujeres afganas como la grafitera Shamsia Hassani o la directora de cine Sahraa Karimi.

Hay reporteras en el terreno dando cuenta de lo que pasa, también es positivo seguirlas y compartir su contenido: como Yeldah Yousfi o Clarissa Ward; en español, tenemos a Mónica Bernabé

Shamsia Hassani, grafitera afgana y profesora de escultura en la Universidad de Kabul. 

Otra posibilidad es apoyar económicamente a organizaciones o proyectos que pueden suponer un cambio material y efectivo para estas mujeres y menores. Recomendamos donaciones a organizaciones que tienen su base en nuestro país,  como ACNUR, que tiene un proyecto específico para Afganistán o Médicos Sin Fronteras; o asociaciones como la Asociación por los Derechos Humanos en Afganistán; hay otras internacionales:  Women for Afghan Women, lleva trabajando con y para las mujeres afganas desde hace 20 años con proyectos in situ financiados a través de donaciones o contando con colaboraciones profesionales voluntarias. 

Hemos encontrado un medio de comunicación: Rukhshana Media, una web de noticias que cuenta las experiencias de mujeres afganas escritas por mujeres afganas. El periódico digital estaba recaudando dinero para continuar su actividad, y la verdad que el apoyo que han recibido ha sido increíble; pedían 20.000 dólares para poder costear salarios, alquiler y  gastos de mantenimiento de su página web y la respuesta internacional ya les ha donado más de 241.000 dólares. Así que sí, hay conciencia y hay una comunidad apoyando pero siempre nos preguntamos si va a ser suficiente, si los responsables van a reaccionar, y si vamos a encontrar determinación y voluntad por parte de los gobiernos. 

Hay una iniciativa de personas que ofrecen sus casas y cuidados a las mujeres afganas en situación de extremo riesgo tras los últimos acontecimientos en este país, y exigen que España y la Unión Europea cumplan la normativa internacional de derechos humanos reconociendo el derecho de asilo de estas mujeres. #yoacojo

Hace muchos años que quienes trabajaban en la zona advertían de la situación de un gobierno que no iba a defender los derechos del pueblo sin el apoyo externo; las profesionales de ahora afirman que los talibanes de hoy no son mejores que los de los años 90, que son todavía más violentos; y que si el foco mediático se retira de Afganistán, la mujeres entran en el terror, en la posibilidad de ser esclavas sexuales, en el silencio y el ostracismo.

Desde Comunicadoras Granada apoyaremos y seguiremos haciendo lo que mejor se nos da: informar, opinar y empujar en medios de comunicación, junto a otras organizaciones de mujeres periodistas y en contacto con quienes apoyan la causa. También queremos señalar, y lo podemos resumir en una frase de nuestra compañera Esther Ontíveros, que «hay que escuchar más a las afganas y dejar de dar por hecho menos cosas».

Desde Granada

En Granada, han comenzado las reacciones en defensa de los derechos de las mujeres y niñas afganas: concentraciones convocadas por colectivos feministas, adhesiones a nivel particular y colectivo al manifiesto ‘Abrid las puertas a Afganistán y las afganas’, etc; estas han sido algunas de las iniciativas:

La Plataforma feminista 8M 25N, además de adherirse al manifiesto de las periodistas, también mostró su apoyo al llamamiento de las asociaciones judiciales que mostraron su preocupación por la situación de alto riesgo de las juezas y fiscales afganas ; y por su parte ha lanzado un documento donde exigen a las instituciones:

  • La creación de zonas de recepción bajo la protección de la ONU en diferentes provincias del país y la creación de pasillos humanitarios que faciliten la atención a la población en riesgo, en particular a mujeres y niñas y su traslado a países terceros mediante rutas legales y seguras
  • Trabajar en la búsqueda de fórmulas que permitan que la ayuda alimentaria y humanitaria pueda llegar a la población que más lo necesita.Apoyo a las ONGs e instituciones que trabajan en la zona con el objetivo de paliar el sufrimiento de la población.
  • Promover una política de acogida en el conjunto de la UE.
  • Apoyo desde las instituciones internacionales a los países fronterizos hacia los que huyen miles de personas.
  • Poner en primer plano la defensa de los derechos humanos de la población afgana sobre intereses económicos o geoestratégicos y que se hagan esfuerzos diplomáticos con países como China, Rusia o Irán con mayor capacidad de influir sobre los talibanes para que condicionen su relación al respeto de los DD.HH.

La Universidad de Granada se ha puesto a disposición de las autoridades que están gestionando la llegada y acogida de las personas afganas demandantes de asilo para «lo que podamos hacer como institución académica», ha declarado Dorothy Kelly, vicerrectora de internacionalización de la UGR. 

Obviamente, la Universidad entiende su utilidad para que el alumnado universitario pueda seguir aquí sus estudios y la continuidad de la labor académica de docentes e investigadores; también contemplan la posibilidad de acoger al personal técnico y administrativo de las universidades Afganas. La UGR ha mantenido un convenio con la Universidad de Kabul que ya no podrá actualizar. La intervención de las universidades en conflictos se suele realizar en una segunda fase después que las personas se establecen en el país de acogida, como ha explicado Kelly.

La Asociación Pro Derechos Humanos en Granada, APDHA, señaló la responsabilidad de los países occidentales —encabezados por  EE.UU. — en la actual situación y exigió a través de un comunicado que los países responsables, entre ellos España, deben exigir al  gobierno talibán que permita que las personas que lo deseen puedan abandonar el país. Y, en  consecuencia, reclama que deben habilitar los mecanismos de acogida para quienes lo  deseen, “evitando así una nueva diáspora de miles de personas refugiadas en condiciones inhumanas”. 

Granada ya ha acogido a 16 personas afganas, entre ellas dos menores y siete mujeres.

Entrevista en ‘Más de Uno Granada’ de Onda Cero con Ana de Gracia

Acerca de la autora

Susana Sarrión García
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Periodista. Gestiono redes sociales y colaboro en El Salto Andalucía. 'Sin humor, ecología y feminismo, no podemos vivir. Sencillo es mejor'.