Rocío Mesa nació en Granada y estudió en Sevilla, pero pronto notó que las fronteras andaluzas le quedaban pequeñas. Se instaló entonces en Los Ángeles, primero para formarse y posteriormente para empezar a dedicarse profesionalmente a su pasión: el cine. Allí lleva viviendo desde el año 2010, pero cuando ha tenido que rodar su primer largometraje de ficción ha tenido claro que debía volver a su ciudad, y en especial a los campos de la Vega de Granada que tan familiares le son desde que nació en Las Gabias. Veremos el resultado de ese rodaje en el 70 Festival de San Sebastián, donde se estrena ‘Secaderos’, que optará al Premio Kutxabank – New Directors. En esta entrevista habla de sus orígenes, de cine y periodismo, de qué mujeres han sido su inspiración y de cómo va cambiando el papel de la mujer en el mundo de cine.

Periodista, directora de cine, productora… ¿Cómo te defines?

A día de hoy me considero cineasta y me dedico a trabajar dentro de la industria del cine. Hago un poquito de todo: trabajo como productora, como programadora e impulsora de eventos relacionados con la difusión cinematográfica y también, claro, como directora de cine.

¿Cómo decidiste que querías dedicarte al mundo del cine?

En el año 2004 fui al Cine Avenida en Sevilla a ver una película que se llama ‘El cielo gira’, de Mercedes Álvarez. En ese momento yo estaba muy interesada en el documental de creación, en todo lo relacionado con la no ficción. Yo, que estaba estudiando Periodismo en aquel entonces, ya sabía que algo no encajaba conmigo, porque el periodismo va buscando una ilusión de objetividad, y a mí precisamente lo que más me interesaba era el punto de vista subjetivo de quien está contando la historia. Y recuerdo que, cuando vi ‘El cielo gira’, me emocioné tantísimo, salí llorando del cine, pero no porque la película fuera triste, sino porque yo había tenido una revelación: “esto es lo que yo quiero hacer en mi vida”. ¿Podría haberla tenido viendo películas de José Luis Guerín o de otros hombres? Igual sí, pero yo creo que la clave es que era ella una mujer. Porque yo de repente me dije: “si esto lo ha hecho una mujer, yo también puedo”. Había como un diálogo interno entre nosotras, como una especie de idioma, una ventana que se abría. Ese día supe que el cine era algo que quería hacer.

Foto: Charo Valenzuela.

Cuéntanos cómo una chica de Las Gabias ha acabado viviendo y haciendo cine en Los Ángeles

Me mudé a Los Ángeles a finales del año 2010 gracia una beca Talentia de la Junta de Andalucía. Allí me formé y he continuado mi carrera profesional durante estos años, y ahora estoy trabajando en Andalucía y trayendo muchos proyectos aquí.

«La clave para el éxito del MeToo es que ocurrió en Hollywood e implicó a personas que interesaban a los medios»

Secaderos es tu primer largometraje de ficción. ¿Qué ha supuesto para ti grabar en Granada y hacerlo con actores no profesionales?

Creo que el cine, el arte en general, se convierte en un vehículo para los creadores, para hacer cosas que, de otra manera, no nos atreveríamos a hacer. Yo salí de Granada cuando tenía 17 años, y en aquel entonces no veía cuál era la carambola posible mediante la cual yo pudiese volver a Granada y reconectar con mi tierra. Y también, lo que es más interesante, cómo mirarla desde otro prisma.  Yo tenía un anhelo de hablar de ciertos temas, que ya estaban creciendo dentro de mí, y Secaderos se manifestó como la excusa perfecta para cumplir todos esos deseos estos deseos. En cuanto a trabajar con un elenco no profesional, sí creo que no todos los proyectos son susceptibles de mejorar cuando trabajas con actores no profesionales, o actores naturales, como se les llama ahora. Pero justo Secadores sí que era un proyecto en el que era muy necesario, porque estamos hablando de la tierra, hablamos de la Vega de Granada, de la tradición tabaquera, de la pérdida de ese monocultivo como cultura local. Yo quería hacer un acercamiento a los vecinos de ese lugar, a los agricultores que habían vivido esta experiencia ellos mismos y que tenían ese lenguaje corporal y ese acento que me parecía que era muy importante que permaneciera en la película. Hicimos un proceso de casting muy bonito, en el que vimos a cientos de granadinos que nunca habían tenido una experiencia delante de las cámaras. Personalmente fue un proceso preciso, a nivel personal lo más bonito de toda la película. La directora de casting y yo éramos mujeres, y quizá por ello, por ese rol de cuidadoras que nos ha dado el sistema (para bien y para mal), conocimos a muchas personas que veían en ese casting una oportunidad de abrirse y contar la historia de sus vidas.

Como mujer, ¿qué análisis haces de la industria del cine actual desde la perspectiva de género?

Me siento muy orgullosa de formar parte de una generación de cineastas en la que destacan especialmente las mujeres en las categorías de dirección y producción. Solo hay que fijarse en quién dirige y produce las películas seleccionadas en los últimos festivales, o a quién han ido a parar los últimos premios de la industria del cine. Esto se debe a un cambio de paradigma general en el que el discurso feminista está tomando fuerza, también a la discriminación positiva en el acceso a las ayudas públicas del que hemos hablado y, que no se nos olvide, al esfuerzo que hemos hecho las propias mujeres en nuestro sistema vital. Cada vez estamos retrasando más el momento de tener hijos, o incluso renunciando a ello, porque la vida de cineasta es una vida con muy poca estabilidad y que no ayuda a la conciliación familiar. Por eso estamos posponiendo muchas decisiones vitales por estar en esta lucha que, no solo es personal, es también una lucha por la cultura: necesitamos nuevas voces, nuevas perspectivas, historias que tienen que ser contadas desde un punto de vista femenino. 

Foto: Charo Valenzuela.

¿Han funcionado medidas como la discriminación positiva en el mundo del cine?

Creo que, aunque fuese una decisión polémica en su momento, realmente se ha traducido en datos positivos y ha funcionado hacer discriminación positiva en las ayudas públicas al cine.  Por ejemplo, que puntúe más que las jefas de departamento sean mujeres, o que sean mujeres quienes dirigen o producen la película. Esto, sin duda, se ha traducido en un cambio en nuestra industria. El hecho de que tú sepas que vas a conseguir mayor puntuación y, por tanto, tienes más posibilidades de que te otorguen una ayuda pública si tienes mujeres en tu equipo, ha fomentado que exista una búsqueda de esas personas. Una muestra: si tú tienes cinco candidatos para ser jefe de sonido en una película y los cinco son hombres, pero tú sabes que vas a tener más puntuación si cuentas con una mujer, vas a hacer una búsqueda en el mercado, cosa que antes no se hacía. Antes se iba a lo fácil, a lo conocido, y por eso eran sectores copados predominantemente por hombres, como sucede por ejemplo en la dirección de fotografía. Sin embargo, ahora se hace un esfuerzo para ver qué otras profesionales del medio están haciendo trabajos interesantes. Por eso creo que esa discriminación positiva claramente ha funcionado y todas nos hemos beneficiado.

“El casting fue un proceso precioso, a nivel personal lo más bonito de toda la película”

Desde Los Ángeles, habrás vivido de cerca el movimiento #MeToo… ¿Crees que ha servido para cambiar algo en el cine?

Para mí, es clave para el éxito en el movimiento #MeToo que surja y tenga lugar desde un espacio muy mainstreaming, es decir, si el #MeToo hubiese nacido en espacios mucho más subversivos o underground, no habría sido escuchado. Lo que fue clave aquí es que esto ocurrió en la industria de Hollywood e implicó a personas que interesaban a los medios. Por eso, los medios de comunicación le dieron cobertura a estos casos que son, en su mayoría, casos de abuso de poder.  Lo que realmente me llena es ver cómo, desde el cine, estos casos de abusos de poder y este discurso tan necesario, se han ido extrapolando a otras áreas de la cultura, del entretenimiento, del deporte… y eso ha sido muy beneficioso.

Rocío Mesa, de cerca

– Un personaje femenino en el cine que te haya marcado

Agnès Varda me ha acompañado mucho, y cada vez que veo una película suya siento que hay un lenguaje interno, como un idioma secreto que yo entiendo. Porque hay un punto de vista y una mirada femenina en cómo cuenta las historias, que te llegan de una manera y te punzan en muchos lugares. De hecho, cuando ella murió lo sentí tanto, me puse a llorar sin parar… Le organicé una especie de homenaje en mi casa de Los Ángeles, con un altar con su foto y flores, e invité a todos mis amigos a venir a hacer un maratón de todas sus películas. Estuvimos 24 horas viendo películas de Agnès Varda y fue maravilloso.

– Una directora de cine a la que no debemos perder la pista

En el ámbito internacional, destacaría a Alice Rohrwarcher, una directora italiana que me fascina. Es mi directora favorita de esta generación actual. Ella bebe mucho de Lucrecia Martel y de otras directoras que han tenido también mucha repercusión para todas nosotras. Sin duda, de nuestra generación contemporánea, ella está haciendo un cine interesantísimo. A nivel nacional, qué puedo decir, son tantas… El mejor cine de España lo están haciendo mujeres. Carla Simón, que acaba de ganar el Oso de Oro en Berlinale, Elena López Riera, Belén Funes, Neus Ballús, Pilar Palomero, Carlota Pereda… Hay tantas mujeres en España haciendo un cine tan interesante que es difícil destacar solo una. Si hablamos de cine experimental, que a mí me gusta mucho, tenemos directoras muy buenas como Elena Duque. Las mujeres hacen un cine increíble ahora, solo hay que ver que las cinco últimas personas que han ganado el Goya a dirección revelación han sido mujeres.

Foto: Charo Valenzuela.

 ¿Queda algo en ti de la Rocío Mesa periodista? 

Pues si te digo la verdad… creo que la Rocío Mesa periodista nunca existió. Lo que sí ha habido siempre dentro de mí es un impulso de comunicarme de forma colectiva; me interesa mucho la comunidad, la colectividad. Cuando tú creces en un pueblo de la Vega de Granada, ser cineasta no es una opción, parece totalmente una fantasía, pero lo que sí parecía más fácil era hacerse periodista. Entonces yo creí que era eso lo que quería hacer, pero luego descubrí que no. Porque el periodismo es precioso, pero a mí no me interesa la objetividad, sino el punto de vista subjetivo. Eso es lo que nunca pude encontrar en la profesión de periodista y sí he encontrado en el cine.

Pero sí que hay algo que queda de esa Rocío periodista: todos los compañeros que tuve en los años en que fui periodista. Aquí en Granada concretamente hice un grupo muy bonito, con el que todavía tengo mucha relación, en el tiempo en el que estuve trabajando como becaria en La Opinión de Granada. Para mí fue un medio de comunicación que unió a mucha gente joven con muchísimo talento, y que yo creo que fue histórico en esta ciudad. Así que eso sí me queda de esos años: el cariño, el amor y la amistad que todavía conservo con mis compañeras.

– ¿Dónde te ves dentro de 10 años?

Yo no me veo dentro de 10 años porque intento no mirar nunca al futuro. Hay que estar en el presente siempre, hay que estar pensando qué es lo que pasa ahora; mirar al futuro puede ser muy peligroso.

– ¿Te planteas volver alguna vez a vivir a España?

Claro que me lo planteo. Aunque a día de hoy mi vida personal está en California y mi vida profesional casi que está más aquí en España que allí, no sé cómo ha ocurrido, pero así es (risas). Sí que me planteo volver a vivir en España; por ejemplo, si mi familia, que sigue viviendo aquí, me necesitase, pues yo me vendría. También me imagino una bella jubilación junto al Mediterráneo (risas), pero a corto plazo estaría difícil volver por cuestiones personales. Pero a nivel profesional, lo cierto es que casi que todas las ideas que me surgen están ligadas con España y a Andalucía concretamente.

Pincha en el vídeo para ver la entrevista a Rocío Mesa:

Acerca de la autora

M. Ángeles Ratia

Periodista especializada en comunicación corporativa e institucional. Ha trabajado en agencias de comunicación e instituciones como el Patronato de la Alhambra o la Confederación Granadina de Empresarios (CGE), además de en medios de prensa escrita. Actualmente gestiona varios gabinetes de prensa relacionados con el ámbito de la educación y colabora con el Gabinete de Comunicación de la Fundación PTS.